Como suele suceder con las grandes capitales, Bruselas es probablemente la ciudad menos belga de Bélgica. Sociedad multicultural donde, a ojo de buen cubero, hay casi tantos inmigrantes africanos como europeos de casta. Entre estos últimos ya no distingo los que son belgas y los que no, aunque debo suponer que la mayoría, pero Bruselas, no sé si por su condición de capital europea, por ser tierra de oportunidades laborales o si por si por simpatía hacia el capitán Hadock, es una ciudad que atrae a muchos inmigrantes profesionales europeos, entre ellos unos cuantos españoles.

        

He leído en algún sitio que en Bruselas el 50% de la población es francófona, el 10% flamenca y el 40% de otras procedencias.

De mi experiencia personal apenas puedo opinar, ya que estuve tan solo un día y medio. Aunque debo decir que no encontré una sola persona que no fuese amable y educada conmigo, que fui siempre bien recibido cuando dije que era español (supongo que igual que si llego a decir que soy Turgezispan) y que tampoco encontré a nadie que se impacientase, como si me ha pasado en algún que otro sitio, por tener dificultades para entenderme. Supongo que también tienen el culo pelado de tratar con extranjeros.

Respecto a lo que tengo oído, los belgas, como buenos centroeuropeos, suelen ser amables, respetuosos y educados, pero también son bastante más serios, introvertidos, discretos y menos dados a la conversación de lo que estamos acostumbrados en nuestras Españas.