Yo me sentí seguro en todo momento. La zona centro está llena de gente de todo tipo y nacionalidades, como en cualquier gran ciudad y no sientes ningún peligro, aunque no por ello debes dejar de tener cuidadín, porque a los cacos, que los carga el diablo y están en todas partes, les encantan los turistas.
En los barrios hay variedad, como en todas partes también, pero los más peligrosos y a evitar serían Molenbeek Saint Jean (tristemente famoso por las redadas a yihadistas posteriores a los atentados de París del 13/11/15), con mayoría musulmana, algunas barriadas de Anderlecht, y bastantes zonas de la comuna de Schaerbeek, especialmente al lado de la estación por la rue d’Aerschoot, donde está el barrio rojo de Bruselas, con prostitutas en los escaparates al estilo Amsterdanés, pero con un ambiente bastante más cutre y degradado por sus calles.
De noche salí de fiesta por el centro y tampoco tuve ninguna sensación de que me fuesen a aparecer cuatro sombras de una esquina con la intención de torturarme, sodomizarme, quitarme las muelas de oro para fundirlas y venderlas en el mercado negro y desmenuzarme para comercializar mi carne en puestos de comida rápida. Así que tranquilos.

Los barrios en rojo son los más conflictivos, de mayoría musulmana, los amarillos son obreros más tranquilos y mixtos en cuanto a su población, y los azules son más ricos y mayoritariamente belgas.