Se trata del símbolo de Bruselas, construido en 1958 para la exposición universal, y por supuesto lugar de visita obligada.

              

Para llegar hasta allí, puedes bajar en el metro de Heysel.

Y también hay autobuses que llegan desde el centro.

Cuando bajas, ya sea del metro o del autobús, te encuentras enseguida con el estadio del Rey Balduino, antiguo estadio de Heysel, que los más futboleros (y un poco puretas), recordaran por muchos eventos deportivos y partidos de la selección belga de futbol, pero sobre todo por la tragedia vivida en ese estadio en una final de la copa de Europa en 1985, donde murieron 39 aficionados de la Juventus víctimas de una avalancha provocada por los hooligans del Liverpool.

          

 

Localizar el Atomium no cuesta mucho. Lo ves enseguida de lejos, más al sur del estadio, y vas hacia él, y ya está (elemental querido Watson).

A mí desde fuera me gustó mucho. Y especialmente de noche, que está iluminado con unos puntitos de luz que le confieren un aspecto muy psicodélico. Yo fui a media tarde, cuando empezaba a oscurecer, y se me hizo de noche allí (merendando un Frankfurt en una paradita que hay al lado y que regentaba una belga muy simpática), con lo cual pude verlo bien a la luz del día, y después alucinar con la iluminación. Supongo que en la foto se ve mi cara de alucinado.

                   

La construyó un tal André Waterkeyn, mide 102 metros de altura (el átomo, no el tal André), y representa un átomo de hierro ampliado 165.000 millones de veces. Tiene nueve bolas, que representan cada una de las regiones de Bélgica, están comunicadas entre sí por escaleras mecánicas, y en cada una de ellas hay exposiciones temporales, generalmente relacionadas con Bruselas, excepto en la última que hay un restaurante y unas buenas vistas de Bruselas (aunque tampoco son la leche porque se ve todo demasiado lejos y pequeñito).

Yo no entré, y he leído en más de un sitio que tampoco vale mucho la pena, que lo más bonito es el exterior (no como yo, que soy feo pero tengo un interior muy bello). La entrada no es muy cara y además hay los descuentos pertinentes a estudiantes, jubilados, niños (menores de 6 no pagan), etc. Y el horario es de 10 a 18h. El restaurante lo cierran a las 11. Suelen haber bastantes colas.

Su entorno no tiene nada especial, una explanada más o menos arregladita donde no hay nada (a no ser que monten un tinglado por alguna festividad), y algunos pabellones de la expo que puedes visitar si te apetece por algún extraño motivo.

         

Lo más interesante al lado del Atomium es Mini Europe. Es un parque donde tienen más de 350 maquetas en miniatura de los monumentos o lugares más emblemáticos de distintas ciudades de la unión europea.

Los horarios son un poco complicados, pero allá voy:

Del 10 de enero al 18 de marzo: cerrado a cal y canto.

De marzo al 30 de junio, de 9:30 a 18h

Del 1 de Julio al 31 de agosto, de 9:30 a 20h

Los sábados desde el 17 de Julio hasta el 14 de agosto, abren por las noches de 21 a 24h y hacen fuegos artificiales.

Del 1 al 30 de septiembre, vuelven al horario de 9:30 a 18h

Del 1 de octubre al 9 de enero, de 10 a 18h.

El precio es más o menos como el átomo, con descuentos pertinentes para niños, abueletes, estudiantes, etc. De hecho los niños que midan menos de 120 cm no pagan.

Hay entradas conjuntas para el Atomium y Minieurope, y algo te ahorras.

 


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