MONACO VILLE:
Lo más importante es Mónaco Ville. Como he dicho al hablar de los barrios, es la zona antigua, la ciudad medieval, situada encima de una roca junto al mar que puedes ver desde muchos puntos del principado, un bonito entresijo de calles estrechas, muy bien cuidadas, con edificios muy a la francesa pero de colores rosáceos y anaranjados y como punto negativo pero esperado, la invasión turística y de tiendas pensadas para atender tal negocio.
Para llegar allí no hace falta muchas explicaciones. Acércate a la roca y desde su ladera verás algunas rampas que suben hacia ella. Una te deja en la misma plaza del Palacio Grimaldi y otras se meten por un laberinto de jardines con vistas al mar que también te acaban llevando. Yo los conocí muy bien, porque visité Mónaco en un crucero y me perdí mil veces por ellos buscando un parking, situado en la misma roca, donde estaba el autobús que me llevaba de regreso al barco. No lo perdí por un minuto y porque el conductor aún estaba contando los pasajeros por si faltaba alguno. Así que lo recorrí sudando.
Aparte de callejear por sus preciosas calles, ¿Qué ver en Mónaco Ville?
La Catedral: Saint Nicholas Cathedral, es de estilo neorrománico, de principios del siglo XX, y es muy sobria y elegante tanto por dentro como por afuera. Su entrada es gratuita y allí están todas las tumbas de los príncipes, incluida la de Grace Kelly. Búscala por ahí, que eso es pequeñito y la encontrarás seguro. Está muy cerca del museo Oceanográfico.
Place du Palais: Es la plaza principal, donde está el Palacio de los Grimaldi, residencia de los príncipes (actualmente vive allí Alberto II). Es un palacio fortificado en el que esta dinastía vive desde el siglo XIII (por si a alguien le interesa, la princesa Estefanía, que sí se crio allí, vive en un ático por la zona nueva, creo que por Fontvieille) y que ha sido reformado muchas veces a lo largo de la historia, ya que los Grimaldi por falta de espacio no pueden construirse otros palacios (pobrecitos…). Se pueden visitar varias estancias y salones del palacio, especialmente las de estado. Su horario es de 10 a 18 y en julio y agosto lo alargan una hora más por la tarde. Solo abren de finales de marzo a mediados de octubre y cada año cambian un poco el día de apertura y de cierre (aunque siempre más o menos es por esas fechas), así que si vas en una fecha límite y quieres verlo, mira de informarte. Cuesta muy poquito y la mitad para menores entre 4 y 16 años. También hay entradas conjuntas con otros museos que la abaratan un poco.
Aparte del palacio y de algunos cañones recuerdo de cuando era una fortaleza o de una estatua de un monje que resulta que fue el primer Grimaldi que se hizo con el palacio disfrazándose de eclesiástico (ver sección historia de esta misma truñoguía), en la plaza destaca el cambio de guardia, que es cada día a las 11:45 y para mí, que lo vi porque me coincidió la hora que estaba por allí, es un auténtico coñazo, pero entiendo que hay mucha gente que le gusta (los guiris que tenía al lado parecían todos muy contentos), y las vistas que tienes de todo el principado, y parte de las montañas del sur de Francia, si te vas moviendo a distintos puntos de la plaza.
Museo Oceanográfico: Situado en la misma roca. Pues eso, un museo oceanográfico, que dicen que merece mucho la pena, con presencia de un montón de especies marinas. Su entrada vale alrededor de 15 euros y también puedes abaratar algo el precio si la compras conjunta con la del palacio (unos 21 euros las dos aproximadamente).
Palacio de Justicia: Está prácticamente al lado de la catedral. Es un edifico pequeñito que hay entre dos callejones, redondeado y con dos escaleras exteriores que suben hasta su primera planta. No se puede visitar por dentro y es de 1924, pero lo nombro porque desde afuera es muy curioso y bonito y si lo ves por allí, al lado de la catedral, que sepas lo que es.
LA CONDOMINE:
Cuando bajas de la Roca te encuentras una zona mucho más moderna, repleta de comercios y restaurantes, muy lujosa ella, y el puerto lleno de yates atracados en él, esa zona es la Condomine. Pues nada, disfruta de sus calles y su ambiente sin ningún rumbo concreto y eso es lo que tienes que hacer allí.
LA PLAZA DEL CASINO:
En la place du Casino (recurre a tu mapa favorito, aunque yo no lo hice y también lo acabé encontrando fácilmente), pasada la Condomine y el puerto, llegas a Montecarlo donde está el famoso Casino de Montecarlo.
Casino de Montecarlo:Activo desde 1863, incluye salas de juego de azar, el gran teatro de Montecarlo, la ópera de Montecarlo y la casa de ballet. Todo en un bonito edificio de estilo BeauxArts (belle epoque) del siglo XIX. Es propiedad de una empresa pública que también se ocupa de los hoteles del principado, y de la cual el mayor accionista es el propio gobierno monegasco, así que parte de los ingresos del casino repercuten en la economía del país. Aunque los monegascos tienen prohibida la entrada a las salas de juego, tú como turista puedes entrar sin problema. Al lobby entras gratis y ves una sala lujosa y cuatro mierdecillas para echar fotos de cara al turista. Después para entrar en el casino tienes que pagar una entrada y supongo que ya puedes jugar a algunas cosas (también hay salas privadas, semi privadas, etc.), aunque yo de más allá del lobby poco puedo contar porque no entré.
Ojo con la vestimenta si quieres entrar porque a partir de las dos de la tarde te pueden tumbar según lo que lleves puesto. No hace falta que vayas con traje de Armani, pero por ejemplo no vayas en bermudas y sandalias veraniegas porque te dirán que nanais de la China.
También es curioso, aunque no entres, estarte por allí delante y ver la cantidad de pastosos que aparcan sus espectaculares coches delante del casino. A mí me llamó la atención un viejo italiano con un coche que ni sé cuál era (no entiendo de coches) pero que por el aspecto yo creo que hasta podía volar, con pinta de mafioso (me encanta montarme mis propias películas) con una jovencita cogida de su brazo que seguramente estaba muy enamorada de él por su buen corazón.
En la misma plaza también puedes plantarte cerca del Hotel Paris, donde es fácil ver salir algún famoso, si es que eres un caza autógrafos (hoy en día caza selfies), o tomar algo en el café París, muy famoso, donde puedes tomar algo tanto en su interior como en su terraza, aunque te clavarán un poco, pero bueno, asequible si solo pides un par de refrescos, y también puedes jugar a las tragaperras.
De noche también vale la pena ir, porque aparte de que hay bastantes bares, restaurantes y terrazas, los edificios están iluminados y está muy bonita la plaza.
Y detrás de la plaza tienes la ópera de Montecarlo.
MÓNACO GRAND PRIX: Para los amantes de la fórmula 1, es bastante tradicional en todos los que visitan Mónaco, aunque no coincida con el gran evento, hacer el recorrido total o parcialmente, ya sea a pie o en coche. Para saber exactamente las calles tendríais que bajarlo por internet que no será difícil. Yo sé que por el paseo frente al puerto vi unas líneas marcadas en el suelo como de salida (debo aclarar que a mí me interesa tanto la fórmula 1 como las fases del ciclo reproductivo de las hormigas vietnamitas en la época de primavera) y que también pasa por el se ve que famoso túnel de Larvotto y algunas calles de Montecarlo. Algunos años parte de delante del casino.
MÓNACO TOP CAR COLLECTION: Para los amantes del motor y de las antigüedades en general, es una exposición de coches antiguos que pertenecía al príncipe Rainiero y que está abierta al público (por un módico precio). Está por la zona de Fontvieille, concretamente en Fonveiterraces, muy cercano al puerto de Fontvieille. Abierto todos los días de 10 a 17:30