como se puede suponer, la oferta culinaria en París es enorme y absolutamente variada (más de dos millones de culos sin contar el área metropolitana) (perdón por la bromita, es que siempre me hizo mucha gracia la palabra culinario y más para referirse a comida. Soy un tarado, lo reconozco).

Hay restaurantes de todo tipo, para todos los gustos y para todas las economías, aunque a igualdad de calidades es siempre bastante más caro en París.

Puedes encontrar desde el restaurante reconocido que te recomendaran la mayoría de las guías donde te cobraran un ojo de la cara pero comerás como un maharajá , hasta un Mc Donalds o un puesto de kebabs. Desde un chino, un italiano, un francés, español o lo que sea.

Yo no recomendare ninguno porque aunque lógicamente fui a unos cuantos porque cuatro o cinco veces al día me suele entrar hambre, no recuerdo su dirección y su nombre, y aunque comí bien tampoco eran nada especial como para recomendarlos (lo que encontramos en nuestro camino y ya está).

         

Yo que no suelo recomendar restaurantes a no ser que le vea algo especial o que lo conozca bien, en este caso recomendaré uno que me encontré porque pienso que al ser españoles mis únicos lectores (básicamente mi padre y mi hermano), puede resultar interesante. Es un restaurante español con sus tapas, vinos y demás productos, y sus camareros españoles, donde además se comía bastante bien. Se llama Abuela y está en la zona de Pigalle, en Boulevard de Clichy, 10, un buen lugar para ir a cenar cuando estés por esa zona.

Para el que quiera comer baratito sin tener que recurrir a la hamburguesa, hay cadenas de restaurantes como Hipopotamus, principalmente de carnes, Flunch, de comida tradicional francesa, y algunas más, que son un intermedio, puedes comer bastante bien sin los precios de un restaurante, porque tienen menús y opciones económicas.

Respecto a la comida típica parisina (ya que titulamos el apartado gastronomía hablemos de ello y no solo de restaurantes), destaca principalmente la repostería, con sus brioches y croissantes y sus panes que a menudo combinan con ricos quesos como el rocafort, brie o camembert. 

         

No olvidemos tampoco el foie Grass, que todo el mundo sabe lo que és.

                     

Y los crepes. Hay puestecitos de crepes por la ciudad y bastantes creperías, algo más caras pero también de mayor calidad (se supone).

Entre los platos destacar la sopa de cebolla, la sopa de puerros y patata, la tortilla (omelet), el bistec a la parrilla, el salmón a la meniere o el pato a la naranja, y el Ratatouille, sí el de la peli, que es un pisto de berenjena, tomate, calabacín, pimientos y albahaca. Y muchos platos más, esto solo eran algunos ejemplos, acompañados, por supuesto, de un buen vino o un buen champan francés.

                          

También son especialistas en chocolate del que se come, que para mí es infinitamente mejor que el que se fuma (para este otro vete a Amsterdam), y tienen incluso tiendas especializadas donde la diversidad de bombones y chocolates presentados de distintas formas es realmente tentadora para los gulas chocolateros como yo.

         


Haz tu página web gratis Webnode