La ciudad se crea en la época de los romanos, en forma de asentamiento.
Durante la edad media crece, y el siglo X se convierte en una importante ciudad del condado catalán del Rosselló.
En el siglo XII muere el conde de Rosselló, y pasa formar parte de la corona de Aragón.
En el XIII se convierte en la capital del reino de Mallorca, que Jaume I creó para uno de sus hijos.
Y en ese periodo, como buen puerto mediterráneo, fue un lugar clave desde el punto de vista comercial y cultural. En esa época conserva una fuerte identidad catalana e incluso mallorquina.
En el siglo XIV vuelve a ser aragonesa.
En el siglo XV, tras las guerras y conflictos entre Francia y España, pasa a ser francesa, junto a toda la provincia, mediante el tratado de los Pirineos.
En los siglos XVIII y XIX pasa a ser importante a nivel agrícola y comercial.
Durante la guerra civil y la dictadura, acogió a muchos refugiados españoles. También cogió una curiosa fama, y es que, al ser una ciudad tan cercana a España, la gente acudía a ella para ver películas pornográficas en sus cines, que no estaban prohibidas en Francia.
Actualmente es una ciudad que conserva raíces catalanas, mezclada con la cultura francesa adquirida ya desde hace siglos. Sin embargo, la lengua catalana no es oficial y es absolutamente minoritaria, se ha perdido hasta el punto de que la mayoría de la población, ni la habla ni la entiende.