LE CASTELLET:
Es el emblema de la ciudad. Es una torre de entrada al centro, que en su día fue una prisión, y hoy es una casa pairal, y tiene museo dedicado a las artes y tradiciones catalanas. Vale la pena subir arriba sus 142 escalones, para obtener una buena vista de la ciudad. Es de 1368. La entrada son un par de monedicas aprox.

CANAL (LE BASSE):
Pues eso, ya lo verás por ahí, un canalillo en la entrada del casco antiguo, que va cambiando de nombre y, en algunos tramos, alrededor hay mucho ambiente y mucho restaurante.

Por esa zona hay dos cosillas que igual te resultan interesantes (a ti y a tus manías esas tan raras que tienes).
Les Halles Vauban:
Es el típico mercado que hay ahora en tantas ciudades, que se ha reconvertido en espacio gastronómico vanguardista (queda más guay) donde también hay muchos puestecitos que te sirven para comer. No creo que sea visita imprescindible, pero si vas con tiempo (que supongo que sí), es un buen sitio para ver, o para comer o tomar algo.

Galerías Lafayette: Una especie de Corte Inglés a la francesa, para el que le interese, pero sobre todo, porque desde su azotea hay buenas vistas del centro de la ciudad.

LA CATEDRAL:
Se llama de San Juan Bautista (Saint-Jean), es gótica meridional, del siglo XIV, y con un curioso claustro-cementerio medieval que se llama el Campo Santo, pero que hoy en día hacen conciertos en él (mucho mejor, donde va a parar…).

PLACE DE LA LOGE:
Está por ahí la lonja, que actualmente es el edificio de turismo, pero es lo de menos. La plaza es pequeñita, bonita, acogedora, siempre con ambiente…

PLACE DE LA REPÚBLIQUE:
Es la principal, la más grande, el centro neurálgico de la ciudad, blablablá, y en él está el theatre de l’archipel. Los sábados hay mercado de frutas y comidas tradicionales.

LAS CALLES DE ALREDEDOR:
Piérdete sin ton ni son, y verás que todas están llenas de tiendas y terracitas, pero por si te hace ilusión saberlo por algún motivo que solo tú y tu extraña cabecita sabéis, las más conocidas son le rue des trois journées, rue mailly, rue alsace-Lorraine y rue du maréchal-Foch. Es interesante también la plaza León Gambetta.

BARRIO DE SAINT JACQUES:
A ver, que igual no es muy turístico en realidad. Pero está por ahí, la zona al sur de la catedral, es un lugar característico de la ciudad, y creo que es curioso saber que está allí e incluso asomarse. Es el barrio gitano, casco antiguo pero mal cuidado, y con bastante sensación de barrio conflictivo. De hecho, yo cuando fui me encontré con que la mayoría de las calles estaban cortadas porque había una redada de la policía y gitanos huyendo. Me gustó vivirlo, la verdad, es lo que tiene ser un friki. De todas formas, introducirse en él a horas tempestivas y de forma discreta, no tiene por qué ser peligroso en absoluto.

Por allí, por Saint Jacques, está el convent des mínimes, que es un convento del siglo XVI, donde hoy en día se hacen exposiciones, y que es la sede del festival “visa pour l’image”.
HOTEL PALMS:
Saliendo del saint Jacques, al sur de place republique. No sería en absoluto imprescindible, creo yo, si no lo ves sobrevivirás el resto de tu vida sin problema, pero lo pone en algunas guías porque está en un curioso palacete del siglo XIX. Es art Nouveau. De todas formas, si te interesan este tipo de cosas, debes entrar, porque es como yo, lo más bonito lo tiene en el interior, desde afuera parece un edificio antiguo pero bastante cochambroso.
PALAIS DES ROIS DE MAJORQUE:
Es un palacio gótico del siglo XIII, de cuando pertenecía al reino de Mallorca, y por lo tanto fue residencia real en la época. Está ya casi en las afueras del casco antiguo, hacia el sur (dirección contraria al canal). Se puede visitar con visitas guiadas y todo.
