Historia
Fue fundada en el año 1200 a.c. por los fenicios (también hay quien dice que por los griegos), y fue bautizada con el nombre de Ulissipo, derivado de Allis Ubo, puerto encantado en fenicio. También existe la leyenda de que fue Ulises quien la fundó y de ahí su nombre de origen.
Tras muchas luchas entre fenicios, griegos y cartagineses por disputársela, pasó a ser del imperio romano en el 205 a.c. Durante la época romana fue capital de la Lusitania con el nombre de Felicitas Julia.
Al caer el imperio romano, fue invadida por diversas tribus bárbaras. Estaba en poder de los visigodos, cuando en el 711, la invadieron los musulmanes, que la llamaron Al- Usbuma, y la tuvieron durante 450 años. De esta época es el castillo de San Jorge y el trazado de las calles de la Alfama.
En 1147 la reconquistó Alfonso I Enriques, que fue el primer rey, y durante su reinado se construyó la catedral, la Se. Durante el periodo de Alfonso III, devino capital de Portugal y se amplió la ciudad al barrio de la Baixa. Se expandió comercial y culturalmente.
En 1373, con Fernando I como rey, se construyó una muralla para protegerla, y poco después la ciudad fue sacudida por la peste, sufriendo además una fuerte debacle en su economía.
Después vino la era de los descubrimientos, donde Lisboa, debido a su posición privilegiada para comerciar, vía marítima, con Asia, África y el nuevo mundo, especialmente Brasil, se convirtió en uno de los puertos más importantes del mundo y una de las ciudades más ricas. Figura destacada en esta época es Vasco de Gama, un gran descubridor que se hizo las Indias.
En el siglo XVI se construyó el monasterio de los Jerónimos y la torre de Belem, como agradecimiento a los dioses por tanta riqueza que florecía en la ciudad. También se construyeron el Terreiro do Paço (praça do comercio), y el bairro alto, debido a la gran cantidad de gente que llegaba a la ciudad atraída por sus posibilidades.
En 1580 murió el rey Sebastián I y se quedó sin heredero, circunstancia que aprovecharon los españolitos para invadir Portugal. En 1640, los expulsaron, y un tal Joao IV se erigió como rey. Continuaban los tiempos de prosperidad, gracias al comercio con Brasil.
El fin de los buenos tiempos llegó en 1755, por culpa de un terremoto que destruyó la ciudad casi por completo.
El marqués de Pombal fue el encargado de reconstruirla, y para ello diseñó un plan de cuadrícula que en parte se puede observar en la Baixa. Pero Napoleón conquistó Portugal en 1807, el rey huyó a Brasil y se estableció la capital en Río de Janeiro. Lisboa entró en decadencia.
Después la reconquistaron los ingleses, luego, en 1833 hubo monarquía institucional y empezó a reflotar la ciudad, finalmente en 1910 mataron al rey y se estableció la república. Después hubo dictadura de Salazar, de 1932 a 1974, cuando hubo un golpe de estado para derrocarla, llamado “la revolución de los claveles”.
A partir de ahí, Lisboa y todo Portugal fueron para arriba. Entró en la comunidad europea en 1986 y fue sede de la exposición universal de las culturas en 1998. Ese mismo año un incendio arrasó el barrio del Chiado, que fue reconstruido.