Los lisboetas
En Lisboa hay una variedad de razas importante, donde se mezclan portugueses de siempre de la península, muy parecidos evidentemente por proximidad a los españoles, y descendientes de las distintas colonias africanas como Cabo Verde o Angola entre otras, o sudamericanas como Brasil. Muchos de estos inmigrantes de las colonias llevan varias generaciones instalados en Portugal y son totalmente portugueses, con lo cual hay ya un mestizaje considerable.
La impresión que me dieron a mí en un par de veces que he estado (insuficiente, es cierto…), es que aunque había como en todas partes un poco de todo, la gente era bastante más provinciana que en otras capitales del mundo que he visitado, donde hay mucha más variedad de individuos extraños de cualquier índole y más cosmopolitismo. Tampoco te pienses que eso significa que vayan con boina y una cesta llena de huevos en el brazo, pero sí tuve la sensación de que en porcentaje la gente era mucho más clásica vistiendo y mayor sencillez de la que estoy acostumbrado.
Por otro lado, respecto al trato, y aunque también me encontré algún estúpido (los hay en todas partes), la mayoría de la gente con la que tuve ocasión de hablar, me trataron con absoluta amabilidad, educación y hospitalidad. También cabe destacar que me sorprendió la gran cantidad de portugueses que sabían hablar español y que lo hacían sin problema, por mucho que fuese yo el visitante y ellos los que jugaban de local. Quedé muy contento en general con el trato dispensado por los lisboetas.
He leído en algunos sitios, aunque no he estado suficiente tiempo como para comprobarlo por mí mismo, que los portugueses suelen tomarse menos confianzas que los españoles, y aunque son muy afables, mantienen más las distancias con el desconocido y es necesario dirigirse a ellos extremando la educación. Por otro lado, al turismo al que más están acostumbrados es al español, y tenemos fama entre ellos de arrogantes, chillones y escandalosos, así que hay que bajar el volumen si eres de los que tiene tendencia a hablar alto.
Los lisboetas son católicos en un noventa y pico por ciento.