Pequeñas y tontonas curiosidades

 

En Portugal es una hora menos que en España. Es curioso estando tan cerca, pero en cualquier caso, los que la tenemos mal somos los españoles. Según la división del mundo por la que se rige esto, nosotros pertenecemos al huso horario occidental, y se supone que es la más adecuada para que el cuerpo se acomode al horario solar. Pero en la segunda guerra mundial, varios países, ya sea por imposición o por simpatía con Alemania, adelantaron una hora adoptando el horario alemán. Después de la guerra, tan solo Reino Unido y Portugal volvieron al sistema anterior.

Hay dos puentes que cruzan el Tajo para comunicar la ciudad de Lisboa con la península de Setubal. El más antiguo es el 25 de Abril, llamado así en honor a la fecha en que se produjo la revolución de los claveles, que acabó con la dictadura de Salazar. Es el puente colgante más alto de Europa, con 70 metros en su punto más alto. Su longitud es de 2,27 km y fue inaugurado en 1966. En su parte superior circulan los coches (con peaje incluido) y en su parte inferior los trenes (tiene que ser resistente el bicho). Se parece mucho al de San Francisco. Comunica el barrio de Alcántara con el municipio metropolitano de Almada.

            

El otro puente es el de Vasco da Gama. Es más moderno y más largo, pues hace 17,3 km, lo cual le otorga el privilegio de ser el puente más largo de Europa. Fue construido en 1998, cuando la Expo, y está precisamente en esa zona (Parque das Naçoes). Por encima de él hay una autopista de 6 carriles.

El origen del fado no es en absoluto claro. Hay quien dice que viene de cuando la invasión árabe, y que tiene similitudes con los cantos tradicionales del norte de África. También existe la teoría de que empezaron a cantarlo los marineros portugueses que sentían nostalgia por su tierra y cantaban canciones melancólicas referidas a ella. Después pasó a ser cosa de las prostitutas y al final de todo el pueblo. Lo que sí parece claro es que es de origen popular, y que las primeras referencias claras son del siglo XIX.

En la península de Setúbal, en el municipio de la Almada, muy cerca del puente 25 de abril, hay un Cristo Redentor que puedes ver desde el margen del Tajo lado Lisboa. Se trata de una construcción de un escultor llamado Francisco Franco (no es broma, se llamaba así el tío...), que se inauguró en 1959 y que se construyó inspirado en el de Río de Janeiro. Consta de un pórtico de 75 m y encima la estatua del Cristo, de 28 metros, con los brazos abiertos. No es más que un monumento-santuario religioso y se llama Santuario nacional de Cristo-Rei.

                       

El motivo por el cual el bacalao es tan tradicional en Portugal, se remonta al siglo XIV, cuando Portugal llegó a un acuerdo para poder pescar bacalao libremente en costas inglesas. A partir de ahí, y debido principalmente a su gran capacidad de conservación, se convirtió en un plato ideal para consumirlo en tiempos de vacas flacas. Actualmente y pese a ser un producto importado, ya es un elemento importantísimo en la gastronomía portuguesa, y no es en absoluto alimento de pobres como era antes, aunque sí está al alcance de todos, e incluso depende de qué manera se cocine puede ser hasta un lujo. Es también plato tradicional en noche buena.

Si vas a andar por Lisboa, no lleves tacones, y si tienes un niño, que no se lleve el patinete. Las aceras son empedradas y de color blanco en casi toda la ciudad, incluso barrios, y además te encuentras bastantes socavones, en uno de los cuales estuve a punto de romperme la crisma. El origen de este suelo también tuvo lugar tras el terremoto de 1755, que destruyó la ciudad, y tras su reconstrucción, a manos del Marqués de Pombal (ver sección historia de esta misma truñoguía), se utilizaron las piedras de los escombros que llenaban la ciudad. Después gustó el estilo y se exportó por toda Portugal (no los escombros sino la idea).

                          

El apodo luso con que se llama a los portugueses, viene de que en la época de los romanos, gran parte de su territorio se llamaba Lusitania. Hala, ya lo sabes si es que no lo sabías.

Me llamó la atención la cantidad de típicas matriarcas portuguesas que vi por la calle. Igual me lo imaginé yo y resulta que de matriarca no tenían nada, pero a mí me lo pareció; mujer portuguesa, mayor, de aspecto humilde y descuidado, pero semblante decidido y luchador, de las que no se amilanan por nada y tienen el culo más pelado que el bigote por las vicisitudes que les ha tocado vivir. La verdad, no tengo foto de ninguna matriarca, pero esta ropa de la foto, seguro que la ha tendido una de ellas.

                        


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